Hoy hay una “realidad” producto de los cambios en los avances intelectuales y tecnológicos, uno “jala” al otro, como un proceso activo que nos lleva a nuevas realidades a tomar en cuenta: la globalización, las migraciones, el cambio climático, la presencia de “evaluaciones” de la acción (validas o no), la ausencia de limites sociales y culturales por el uso de la tecnología de la información y comunicación – TIC, las “distancias” generacionales entre padres e hijos como consecuencia del uso de la tecnología y la adquisición básica, entre otros aspectos, nos lleva a la reflexión sobre el camino que debemos tener para el accionar socio-comunitario, acaso los parámetros ideológicos y el contexto social en que se desarrollo la psicología social comunitaria a cambiado, quien es hoy el “agente de cambio”, como movilizamos hoy los procesos sociales, acaso es necesario redefinir conceptos o estamos en el momento de consolidar la experiencia tenida y generar nuevas corrientes de acción.
Considero que hay un nuevo escenario que conlleva a que nuestros actores locales y los “técnicos” (para nuestro caso los psicólogos socio comunitarios), tienen que utilizar nuevas técnicas y medios para llegar a la población organizada en las comunidades y generar desde ellas los cambios para el desarrollo comunitario.
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